La edad de oro de las series

La imagen incide tanto en la existencia que llega a resultar más real que la existencia misma . Por eso quizás nuestra sociedad no haga más que engullir minutos televisivos, olvidando y perdiendo así parte de la existencia propia.
Vemos la televisión porque tenemos miedo, porque tenemos ansiedad, porque no tenemos dinero para hacer otra cosa, porque nos aburrimos, porque estamos frustrados, en definitiva, para huir de los problemas.
La televisión entra en el hogar, de forma simple, cómoda y barata, el gesto de conectarla al llegar a casa se convierte en un acto casi reflejo.
La imagen capta la atención poniendo en juego todos los sentidos, dócilmente entregados a la percepción de lo que se les está ofreciendo.

 

Por esto, y por mi pasión por las series, me decidí a escribir sobre ellas, su contexto y el fenómeno que representan en un blog personal.

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